El Síndrome del Príncipe destronado está más que estudiado en muchos manuales de psicología. El hermano mayor se sienten desplazado por el que acaba de llegar a casa. ¡HOLA CELOS!. Y si no se pone remedio, la relación entre hermanos puede ser muy destructiva afectando a toda la familia.
Pero, ¿existe el síndrome del príncipe destronado en el mundo de los perros?
Toby sintió celos de Lucas desde el mismo momento de su llegada. Hasta entonces, este perro labrador había sido el “rey de la casa”, el centro de todas las atenciones de Isaac y Elia, los felices papás.
No habían mirado nunca el reloj para jugar con él desde cachorro. Los paseos eran inusualmente largos. Eran continuas atenciones. Una familia muy feliz.
Pero Lucas lo cambió todo y Toby lo notó.
Todas sus rutinas cambiaron. Isaac y Elia no tenían tiempo para nada. Se acabaron los juegos. Se acabaron los paseos largos.
Una tarde, mientras los felices papás estaban sentados en el sofá de su cómodo salón comedor con su recién llegado, Toby empezó a ladrar sin motivo aparente. No sólo eso. Empujó su juguete favorito hacia sus dueños. Era, realmente, un intento por llamar la atención de sus dueños.
Isaac y Elia se miraron. Y lo entendieron. Entendieron que con sus cambios de hábitos no le habían dedicado suficiente tiempo a Toby. Y Toby reclamaba su sitio dentro de la familia.
Permitieron que Toby se acercara y oliera al bebé. Cambiaron su rutina para que Toby también recibiera la atención que se merecía. Por ejemplo, Isaac decidió levantarse más temprano para dar paseos más largos y Ana se reservó tiempo por la tarde para jugar y entrenarle.
Y así fue como los celos de Toby se convirtieron en lealtad.
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¿Es posible que los perros tengan celos de un bebé?
Sí. Es posible que los perros tengan celos de un bebé. Está más que comprobado. Pero nos vamos a explicar porque no es tal cual ocurre con el síndrome del príncipe destronado de los humanos.
Los perros son muy sensibles a los cambios en su entorno, a su rutina. Esto explicaría el comportamiento de Toby. Quizá no es un sentimiento de celos, sino más bien de inseguridad. Que algo está cambiando y que ese cambio no es de su gusto.
En este vídeo puedes ver cómo una familia normal, crea un vínculo entre el perro y su hijo con el objetivo de que ambos se respeten y quieran para toda la vida. ¡Dale al play!
Como seguro que sabes, los perros son animales de hábitos y desarrollan fuertes lazos emocionales con sus dueños.
De ahí la frase tan manida de que el perro es el mejor amigo del hombre.
Sin embargo, la llegada de un bebé como Lucas puede llevar cambios en esa rutina. Lo cierto es que no podemos por menos que decir que la vida de una pareja cambia sustancialmente cuando se convierten en padres.
Es lógico que sus rutinas cambien. Su vida les ha dado un vuelco. Pero hay que estar atentos. Es lógico también que esa atención y ese cariño que le profesaban a su mascota no sea ya la misma. Digamos que podemos estar hablando de un cariño y una atención de “menor calidad”.
Todo esto que estamos diciendo puede hacer que en muchas ocasiones, el perro se sienta desplazado, y en consecuencia, tenga el Síndrome del Príncipe destronado.
Los perros, recuerda, tienen sentimientos.
¿Cómo se manifiestan los celos en un perro?
Nosotros, como seres humanos, ¿podemos percatarnos si nuestro perro está celoso? ¿Cómo nos lo puede manifestar nuestra mascota?
Sí que nos podemos dar cuenta. Y lo podemos hacer si:
- Observas que tu perro adopta algunos comportamientos destructivos que antes no hacía como por ejemplo masticar objetos.
- Si ves que orina dentro de casa cuando no lo había hecho jamás.
- Si ladra de manera excesiva, sin razón aparente, tal y como hizo Toby para llamar la atención de sus dueños.
Dicho esto, ¿Cómo se puede evitar que tu perro tenga celos de un recién llegado?
Pues esto es lo que vamos a ver a continuación. Consejos para prepara a tu perro ante la llega de un bebé y evitar el Síndrome del Príncipe destronado.
Te hemos preparado los siguientes consejos:
- Adelántate a los cambios de rutina
Si va a llegar un bebé seguro que se producen cambios en tu rutina. En la rutina de sacarle a pasear, en la rutina de darle de comer…
Si antes de la llegada del bebé le cambias su rutina, el “golpe” será menor y se acostumbrará mucho antes a la presencia del peque. - Una “presentación” gradual
La primera interacción entre tu perro y tu bebé ha de estar “vigilada”. Lo que te aconsejamos es que estés muy pendiente pero que le permitas que olfatee al bebé.
Piensa que con la llegada del niño la casa se va a llenar de nuevos olores que no conoce. Necesita conocerlos porque ya sabes que los perros tienen un sentido del olfato muy desarrollado.
Si tu perro no se comporta de manera extraña con tu bebé, dale un premio. - Incluye al perro en las actividades del bebé
Esto no es nada difícil. Permite que tu perro esté presente cuando estés bañando al recién nacido o colócalo al lado del carrito cuando sea la hora de paseo.
Es necesario que acostumbres al perro a estas nuevas rutinas. - No descartes acudir a un profesional
Es posible, pero solo posible, que todos tus esfuerzos para lograr una armoniosa convivencia entre tu perro y tu bebé fracasen.
Pero no desesperes. Todavía hay solución.
Lo que te aconsejamos es que acudas a un profesional. A un educador canino. Seguro que da con la solución.
Hay que hacer todo lo posible para lograr la convivencia. Sabemos con absoluta certeza de que sería un golpe muy duro para ti tener que deshacerte de tu perro, ¿verdad?
¿Es posible que tu perro ataque al bebé?
No te vamos a engañar. Si repasas la hemeroteca verás algunos casos, pero en absoluto son frecuentes. No dejes que esas noticias provoquen que abandones a tu perro.
Estamos convencidos que si sigues todos estos consejos que te acabamos de dar para evitar el Síndrome del Príncipe destronado, tu perro va a ser con tu hijo tan leal como lo es contigo. Es más, será su guardián protector.
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